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Perdidos en el espacio

Algo tiene esta ciudad que atrapa a la gente más perdida del mundo. Tras dejar las maletas en la habitación fui a tomar un baño en la piscina del hotel, situada en el piso cuarenta y cuatro, en lo más alto del edificio, con amplios ventanales para ver la ciudad. Al llegar al ascensor las puertas se estaban cerrando; logré meter la mano para evitar que se cerraran del todo y pregunté “¿Suben o bajan?”. En el interior del ascensor un señor de unos cuarenta años y tres niños tenían la mirada perdida. Su respuesta fue “Da igual”. Perplejo, volví a preguntar “pero, ¿hacia dónde van?” y su respuesta fue “Donde usted quiera”. No sabía muy bien qué hacer y el hombre continuó con su explicación: “A nosotros nos gusta mucho Charlie Chaplin y estamos aquí viendo la película”. Efectivamente, al levantar la vista descubrí que encima de la puerta del ascensor había un pequeño televisor en el que se mostraba una película de Chaplin.

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